Surgen situaciones que llevan a las personas buscar herramientas para manejar mejor sus emociones en vez de quedarse anclados con ellas rondando su mente y apretando su alma. Pocas son las personas conscientes de que las emociones y sentimientos son herramientas con las que todos nacemos, por tal motivo, se les suele ignorar, reprimir e incluso despreciar en lugar de usarlas correctamente a su favor. Otros sin ponerle remedio, dejan que los dominen, convirtiéndose en elementos dañinos.
Con valentía tenemos que aprender a usar nuestros sentimientos y emociones desde que nacemos ya que son herramientas esenciales en nuestra vida.
Toda inestabilidad emocional propia de una crianza traumática u otra experiencia en el transcurso de la vida impide el buen desarrollo de nuestras capacidades afectando el sistema inmunológico resultando un riesgo de autodestrucción.
Ante lo expresado es tan importante ser guiados donde la historia personal privada sea respetada. Realizar cursos donde alguna situación vivida se ventile frente a otros puede tornarse irreversible en su solución.
La buena noticia es que todo puede llegar a un mejor término pero con adecuado y responsable tratamiento. Preservar la estabilidad personal y desarrollar el equilibrio emocional es señal de plenitud en nuestra vida, de una autoestima sana y fuerte, de relaciones armoniosas y de calidad. De mejor desempeño en cualquier actividad que realicemos, de éxito personal como profesional.
Practicar a diario estas expresiones: yo quiero, yo puedo, yo soy capaz son claves para avanzar optimizando el tránsito por la vida.
Las personas con capacidad de sentir, entender, controlar y modificar sus estados anímicos desarrollan una alta autoestima, saben dar y recibir, entienden los sentimientos de los demás (empáticos).
Pero muchas veces hay personas que sufren la violencia del silencio, donde la indiferencia marca sus vidas.
Conocer detalladamente la relación entre nuestros pensamientos y emociones permitirá identificar ciertas ideas y creencias que pueden estar afectándonos. Aprender a pedir perdón, perdonar y perdonarnos abre caminos de LUZ. Cuidar nuestro ser permite tender la mano a quienes puedan necesitarnos.
Tengamos en cuenta que si una emoción se prolonga, es porque está siendo alimentada por nuestros propios pensamientos.
El secreto está en aprender a manejar aquello, recuperar la historia de la primera infancia con conciencia para evitar repercusiones y en manos de ser necesario el apoyo de personas con mística y profesionalismo.
@DGicherman
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