A veces los padres y los muchachos caen en una rutina nociva en que las tareas diarias (hacer los deberes, alistarse para la cama) provocan una batalla.
En la mayoría de los casos, el muchacho cede eventualmente, pero el conflicto altera a todos los involucrados.
¿Cuál es la mejor solución a largo plazo?
Establecer rutinas.
Por ejemplo, establecer y hacer cumplir – calmadamente pero con firmeza – un horario de estudios para cada hijo.
Puede llevar semanas, o incluso meses, hasta que el muchacho con TDAH acepte estas rutinas y las siga consistentemente.
No importa cuánto tiempo tarden, no se den por vencidos y no caigan en un conflicto innecesario con su hijo.
Cuando se caldéen los ánimos, el padre debe mantenerse calmado y en control de la situación.
Si su hijo tiende a ignorarlo regularmente, haga un autoanálisis.
¿Será que Ud. está siendo demasiado crítico o negativo?
¿Se enfoca demasiado en los problemas y no suficientemente en las soluciones?
¿Será que sus conversaciones se están convirtiendo en sermones, en lugar de un intercambio?
¿Se sentirá el hijo excluido del proceso de toma de decisiones?
Independiente de la edad de su hijo, Ud. puede involucrarlo en la formulación de normas y consecuencias.
Un muchacho que se siente partícipe en el establecimiento de
las reglas probablemente las acate mejor.
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Unidad Psicopedagógica Integral
